El gobernador Axel Kicillof insiste con medidas extremas, iguales a las que en 2020 generaron miles de desempleados, cierre de fábricas y empresas, y aumento de la pobreza, las que de todos modos no evitaron que la provincia de Buenos Aires tenga hasta hoy casi 40 mil muertos por coronavirus.
A través de su viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, Kicillof baja linea de un “cierre total” y más restricciones, a cuatro días del vencimiento del decreto de necesidad y urgencia firmado por el presidente Alberto Fernández con acciones para contener la segunda ola de contagios por la pandemia de coronavirus.
Kreplak aseguró que esto sería con el fin de “terminar de vacunar y preservar el sistema de salud”, el mismo que, en la provincia de Buenos Aires, no tuvo ningún tipo de intervención infraestructural, desde la gestión bonaerense, cuando cayeron los casos de la primera ola, allá por octubre del año pasado.
“Pareciera cada vez más lógico tomar una medida de cuidado más fuerte, por un tiempo más acotado”, aseguró el viceministro en diálogo con Radio con vos, y agregó: “Si uno logra un cierre muy fuerte, por ejemplo uno total, puede ser más acotado en el tiempo y empezar a liberar a medida que bajan los casos. Si son parciales, la eficacia de la medida también es parcial, es menor, tiene menos impacto social y económico”.
En las últimas semanas, Kicillof se destacó por medidas extremas, disparatadas e ineficaces, como la toma de temperatura a todos los automovilistas que viajaban por autopistas de zona norte y oeste del Gran Buenos Aires, lo que provocó trastornos en la circulación y la intervención del gobierno nacional para destrabar el inerte operativo.
