28 marzo, 2024

Diego Achilli: La seguridad que no tenemos

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La agenda económica de nuestro país no da respiro, entre anuncios ficticios del gobierno nacional que no llegan ni a parches ni remiendos, y los supuestos operativos para incautar droga que no hacen más que distraer la atención del verdadero narcotráfico y crimen organizado que maneja la Provincia, vemos como la seguridad de los ciudadanos cada vez está más ausente.

Ya un informe del Ministerio de Seguridad de la Nación indicaba que, en 2016, el partido de Tres de Febrero encabezaba el ranking de municipios del conurbano con más robos denunciados -más de 1200 delitos cada 100 mil habitantes- con asaltos en colectivos, robos de motochorros, celulares, homicidios y secuestros como principales delitos, superando ampliamente a San Martín, Morón e Ituzaingó.

En este tiempo nada ha cambiado, al contrario, aumentaron los robos y con mayor violencia en los domicilios; en las calles; en las puertas de los colegios, donde atacan a padres y alumnos por igual; en los colectivos; secuestros express y el resonante cuarto robo al Banco Industrial en Santos Lugares, solo para citar algunos ejemplos de lo que cotidianamente pasa en nuestros barrios. Ya no hay zonas seguras en Tres de Febrero.

Hace pocos días se dio a conocer un ranking de los municipios que más sufren robo de autos y Tres de Febrero continúa tercero, solo superado por Morón y Lanús, pero muy por arriba de San Martín.

Sin dudas, este informe de la empresa Cesvi no son solos datos aislados, sino una foto de la realidad que vivimos todos los bonaerenses y sobre todo los vecinos de nuestro distrito.

La coordinación entre las distintas fuerzas es fundamental para la prevención y acción sobre los hechos delictivos, pero las cifras no mienten, la droga y el robo siguen teniendo el control de los barrios y a los vecinos como rehenes.

Contamos con cámaras de seguridad que no graban; con efectivos policiales bonaerenses y federales mal capacitados que no están comunicados por falta de equipamiento y que tampoco recorren los barrios; móviles sin combustible y una línea de emergencia que solo se limita a tomar nota de las denuncias pero tarda horas en enviar un patrullero o ambulancia.

Toda una montaña de recursos mal administrados, dinero de todos los trabajadores que no vuelven en servicios de calidad. La receta es simple, solo hace falta trabajar en forma coordinada en la prevención y acción contra el delito para que Tres de Febrero no sea conocido como el lejano oeste.

Diego Achilli

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