La falta de agua potable en días de calor extremo es una realidad en localidades bonaerenses, y más allá de lo puntual que respecta a las cuestiones técnicas y operativas, la empatía de quienes deben sus cargos a la gente, es acción obligada. No es el caso de Albina Tomasa Flores, concejal en uso de licencia y encargada de una Unidad de Gestión Comunitaria que con sus respuestas polémicas generó una protesta de vecinos en la puerta de su casa.
Hay ebullición en el barrio San Miguel de Ingeniero Maschwitz, y no precisamente por el agua, que es lo que falta en las casas. Resulta que una de las encargadas de la Unidad de Gestión barrial respondió al pedido de vecinos con arrogancia y humillación. “De eso se encarga la UGC, donde trabajas vos (risas de fondo), pero ahora estamos con el barrio del fondo así que aguante, total usted es de adentro y no va a salir a hacer un posteo ‘no tengo agua’, ajo y agua, a joderse y aguantarse”.
El problema yace por las obras detenidas de AySA, que complicaron el abastecimiento de agua mediante perforaciones. “Todo el barrio está tapado por estas obras”, detallan en contacto con SM Noticias, por lo que es necesario que el Municipio realice tareas de destapaciones.
“Una vecina le pregunto si pasaba por su casa a revisar el agua, y según aduce, se confundió y pensó que hablaba con una amiga”, explica una mujer del barrio, indignada no solo por la respuesta “natural” de Flores, si no por lo delicado de la problemática. O no hay agua, o sale absolutamente turbia.
“Pasa por mi casa hace lo que quieras, me equivoqué, pero está en vos, no me complica ni me voy a hacer mala sangre”, respondió la funcionaria del Municipio de Escobar. Y así fue, en la tarde del viernes, decenas de vecinos se hicieron presentes frente al domicilio de la “puntera” para recibir explicaciones. Se terminó escondiendo y no dio la cara.
“Es una falta de respeto, que dé la cara”, reclamaba una vecina del lugar en referencia a Flores, mientras agregó “mi mamá es diabética, mi papá se descompensó, y tengo los nenes chiquitos. Le pedí a ella y esa fue su respuesta”, en referencia al termino “ajo y agua”.
Mientras tanto, según cuentan también los propios vecinos del barrio San Miguel, con sus propias herramientas se pusieron manos a la obra para destapar los caños de la red actual, municipalizada, frente a la falta de humanidad del gobierno nacional que dejó abandonada una obra necesaria para la vida de muchos ciudadanos que incluso, los votaron.
