Protección solar, crucial en la piel

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Si bien el sol es fundamental para la salud de las personas debido a sus beneficios como ser el aporte de vitamina D al organismo y la exposición a los rayos solares, también produce efectos negativos sobre la piel tanto en invierno como en verano. Entonces, es fundamental tener conocimiento sobre el cuidado de la dermis.

¿Por qué debemos utilizar protector solar sobre la piel?

Los profesionales de la salud recomiendan el cuidado de la piel todo el año sin importar si el día se encuentra soleado o nublado, ni la estación del año. De hecho, lo ideal es que se forme el hábito e incorporar el protector solar a la rutina diaria ya que no solo se intenta reducir los daños en la piel sino que además, a raíz de la pandemia, las personas se encuentran expuestas más tiempo a dispositivos electrónicos y sus pantallas también emiten rayos que son perjudiciales para la salud.

Algo que se busca implementar, es utilizar los dispositivos electrónicos con una pequeña inclinación hacia arriba, para así reducir el impacto que genera la luz artificial, también conocida como luz azul de las pantallas, pese a que la mayoría de los protectores solares cuentan con resguardo contra este tipo de emisiones, como así también, aportan nutrientes y mantienen la piel hidratada.

En un principio, el cuidado de la dermis es fundamental para reducir las consecuencias de no usar protección solar como ser, enfermedades dermatológicas, quemaduras por los rayos UV, la aparición de marcas de envejecimiento e incluso algún tipo de patología como el cáncer.

¿Qué protector solar es bueno?

Así como existen diferentes tipos de piel, existen diferentes tipos de protectores solares, los físicos y los químicos. Los físicos son los que permanecen más tiempo en la piel y provocan que la radiación solar rebote y se caracterizan por dejar un aspecto blanquecino ya que contiene ingredientes como óxido de zinc o dióxido de titanio. Además, es menos irritante y suele recomendarse para pieles sensibles.

Los químicos en cambio, contienen ingredientes como avobenzona, octinoxato o mexoryl. Absorbe los rayos UV y los transforma en calor, que luego se libera de la piel. Generalmente, no deja residuo blanco, pero puede ser más irritante para algunas personas. Asimismo, pueden diferenciarse según su nivel de protección y el uso.

Según su formato:

  • Líquidos o gel: Suelen ser más ligeros y se absorben rápidamente en la piel. Son ideales para pieles grasas o para áreas donde se requiere un producto de fácil aplicación.
  • Crema o loción: Tienen una textura más densa y son apropiadas para pieles secas o cuando se requiere una hidratación adicional.
  • Spray: Muy práctico para aplicar rápidamente, especialmente en zonas difíciles de alcanzar. Sin embargo, es importante asegurarse de aplicarlos de manera uniforme.
  • Barras o stick: Son fáciles de llevar y aplicar en áreas específicas del rostro, como la nariz o los labios. Ideales para personas con piel sensible o que necesitan protección puntual.

Según el nivel de protección, FPS o SPF:

Los protectores solares suelen diferenciarse según los niveles de FPS es decir, el tiempo que una persona puede estar expuesta al sol sin sufrir quemaduras. Por lo que al aplicar protección con FPS alto, se extiende el tiempo de cobertura, se logra un bronceado agradable y se evitan daños en la dermis.

Existen los siguientes niveles:

  • Bajo / FPS 15-30: Protege de los daños del sol, ideal para exposición limitada o piel que no se quema fácilmente.
  • Medio / FPS 30-50: Es adecuado para exposiciones prolongadas o pieles más sensibles al sol.
  • Alto / FPS 50+: Es la opción recomendada para personas con piel muy sensible o quienes realizan actividades al aire libre por mucho tiempo.

Según su uso específico:

  • Para el rostro: Tienen fórmulas ligeras, a menudo sin aceite y no comedogénicas, para no obstruir los poros.
  • Para el cuerpo: Suelen ser más cremosos o en formato spray para facilitar la aplicación en áreas grandes.
  • Para deportes o actividades acuáticas: Están diseñados para ser resistentes al agua y al sudor, lo que los hace ideales para nadadores o deportistas.
  • Hidratantes con protección solar: Combinan protección solar con ingredientes hidratantes, lo que las hace ideales para quienes buscan un cuidado completo en un solo paso.

¿Cómo usar el protector solar?

Aplicar el protector solar en toda la piel y frotarlo hasta que se absorba al menos con 30 minutos antes de exponerse al sol para darle tiempo al producto a que sea absorbido y garantizar su efectividad. Además, se debe repetir la aplicación cada dos horas, más allá de que sea resistente al agua.

Sin embargo, con el protector solar solamente no alcanza. Siempre es conveniente sumarle otras medidas de cuidado, como el uso de gorros y sombreros, de anteojos de sol que cubran al máximo los ojos, evitar la exposición entre las 11 y las 15 horas y tomar mucho líquido para mantener la piel bien hidratada.

El protector solar es un aliado imprescindible para mantener la piel saludable y prevenir daños a largo plazo. Ya sea un protector solar físico o químico, lo más importante es elegir uno adecuado para cada tipo de dermis, aplicarlo correctamente y usarlo de manera constante. Además, no olvidar que la protección solar es solo una parte de una rutina completa de cuidado de la piel. ¡Tu piel te lo agradecerá!

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