El hecho conmociona a González Catán. Sabrina Silva, de 24 años, perdió la vida el lunes tras una discusión con su novio, Santiago Iriarte, de 22. Si bien la investigación gira en torno a un suicidio, la familia de la chica sostiene la hipótesis de un femicidio.
El hecho ocurrió pasadas las 6 de la mañana en la casa de la familia del joven, donde convive con su madre y sus hermanos. Tras una discusión, Iriarte resultó con un disparo de bala en el omoplato izquierdo y Silva, herida de gravedad en el cráneo, ambos disparos con el arma reglamentaria calibre 9 milímetros de la efectivo de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas.
Sabrina fue traslada al Hospital Simplemente Evita por su propia familia, cuentan, convocados por teléfono desde el lugar del hecho. Dada la gravedad de las heridas, la joven murió a los pocos minutos, mientras que su pareja fue asistida en el mismo nosocomio por el roce de arma de fuego en su espalda, sin mayores riesgos para su vida.
El hecho está calificado como “Tentativa de homicidio”, acción extinguida por la muerte de la oficial, deceso que es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción especializada en homicidios de La Matanza como “Averiguación de causales de muerte”, tarea para la cual fue convocada la Gendarmería Nacional, fuerza que realizó los peritajes de rigor en la escena.
Si bien para la Justicia la principal hipótesis es la de agresión seguida de suicidio, para la familia de la policía habría indicios de que el hecho podría tratarse de un homicidio.
Por declaraciones que trascienden del masculino, ya herido de bala, y los presentes en el lugar del hecho, la madre e hijo, “le sacaron el arma a Sabrina y después se la volvieron a dar”, según comentó al hermano de la oficial. En ese transcurso de tensión, ya con el joven herido, nadie habría llamado al 911, indican.
La familia cree que la herida de bala en el omoplato podría ser parte de una escena montada tras el crimen, teoría para la cual los resultados del dermotest que se le practicó tanto al joven como a su madre serán determinantes, como así también los datos que arrojen las pericias informáticas a los teléfonos secuestrados.