En la rutina del cuidado de la piel existen variedad de productos que buscan -¡y logran!- limpiar, hidratar y proteger el rostro. A veces es tanta la información que circula en medios de comunicación tradicionales y en redes sociales, que solo consigue abrumar. Sin embargo, hay productos, como los aceites faciales, que no tienen tanta publicidad y son un rotundo ¡sí! a la hora del skincare.
Existen diferentes tipos de aceites faciales, con diversas propiedades, por lo tanto es necesario buscar el más adecuado para tu tipo de piel. Su textura es más líquida que el sérum, por lo tanto debería aplicarse previamente. En este sentido, recuerda que en los pasos de skincare siempre se colocan los productos líquidos primero y por último los más densos.
El aceite facial busca proporcionar humedad en el rostro y fijar la hidratación. Es muy útil si buscas suavizar, nutrir y equilibrar la piel para que consiga un aspecto más saludable. Si bien puede ser utilizado en cualquier tipo de piel, siempre es conveniente chequear previamente si el producto es adecuado, para que no genere ninguna reacción indeseada, como por ejemplo ardor o alergia.
Tres razones para usar aceite facial
Aceite de rosa mosqueta, argán, aguacate, bergamota, eucalipto, jengibre y podemos seguir con la lista de aceites vegetales aptos para el rostro. ¿Alguna vez utilizaste algún tipo de aceite? ¿Realmente son beneficiosos para tu piel? ¿Te preguntaste si el aceite de girasol es bueno para mi piel? ¿O si el de sándalo es útil para las irritaciones? Sigue leyendo para conocer más sobre los beneficios de este producto.
1. Ofrece hidratación y nutrición extra
Puedes aplicar el aceite facial luego de una crema, con el objetivo de sellar la hidratación. De esta manera, logra que la humedad de la crema hidratante se retenga y refuerza la acción regeneradora y antioxidante, dependiendo de los ingredientes que tenga el aceite que utilices. A su vez, gracias a sus propiedades, el aceite facial puede ser un excelente producto antiage.
2. Proporciona luminosidad
¿Tu piel luce apagada? Incorporar aceites faciales a tu rutina puede ayudar a restaurar la hidratación y estimular la luminosidad. Además, si buscas un efecto iluminador, puedes aplicar aceite en los puntos más destacados del rostro, como los pómulos o arco de la ceja, y masajear, para resaltar esas zonas de forma natural.
A su vez, si tienes la piel muy seca, puedes utilizar el aceite antes del maquillaje, ya que brinda suavidad a la superficie y permite que la base se deslice con mayor facilidad, generando un tono uniforme.
3. Ayuda a combatir el acné
Sí, así como leíste. Sin embargo, no es cuestión de comprar cualquier tipo de aceite y lanzarse a experimentar, ya que los productos que utilices dependerán de la gravedad del acné. En base a qué aceite sea más adecuado para cada caso, se determina la dosis que se aplicará como también la concentración.
Es importante destacar que en casos de afecciones cutáneas subyacentes, como psoriasis o rosácea, debes ser especialmente precavida en la elección de cada producto para el cuidado de tu rostro.
El aceite de árbol de té, por ejemplo, es un aliado contra las imperfecciones cutáneas, ya que ayuda a combatir el acné gracias a sus propiedades antibacterianas, calma la irritación y reduce la inflamación. A su vez, se puede utilizar en pieles de tipo grasa.
¿Cómo se aplica el aceite facial?
Lo ideal es utilizar 3 o 4 gotas de aceite, que colocarás en la palma de tu mano y lo extenderás por tu rostro. También, puedes incorporar unas gotas en tu crema hidratante, en la mañana y antes de ir a dormir. En este sentido, suelen utilizarse dos aceites diferentes para cada rutina, con el objetivo de aportar diferentes propiedades para cada momento del día.
Con respecto a la aplicación del aceite, es importante que el rostro esté previamente humedecido antes de colocarlo. De esta manera, se facilita la aplicación y la absorción.
Ahora, ¿cumple la misma función un aceite facial que un sérum? La respuesta es ¡no!, ya que son productos que complementan la rutina de skincare. El sérum está hecho a base de moléculas de agua, con una alta concentración de activos, y los aceites faciales cuentan con una base oleosa cuyo objetivo es prolongar la humectación de la piel.
Si bien los aceites son beneficiosos para sumar a la rutina de cuidado facial, la clave está en encontrar productos que le funcionen a cada piel. Por lo tanto, es importante ser cuidadosas al elegir qué productos incorporar, como también ser constantes. Los cambios llevan su tiempo y se deben generar hábitos, que puedes incluir en tu día a día, para cuidar la salud de tu piel.