En el día de ayer, y después de más de 2 meses en la clandestinidad, Abel Guzmán, de 33 años, asesino del colorista Germán Medina, de 31, fue hallado en un domicilio de Miserere 4881 Paso del Rey, en Moreno. La Justicia no tiene duda que en su fuga hubo una colaboración de la familia. Uno de sus hermanos, encargado de un edificio de Balvanera, donde creen que se resguardó primeramente, es hincha del club Argentino de Merlo, ubicado a 15 cuadras del domicilio dónde lo encontró la Policía.
“Él no sabe usar armas, capaz se le escapó el tiro”, dijo Héctor Costa, defensor de Guzmán, esta mañana en rueda de prensa. La pistola Bersa 9 milímetros que utilizó el asesino para ultimar a Medina desapareció. Se cree, aseguran fuentes, podría haber sido provista por Javier Guzmán, hermano del criminal, miembro de la barrabrava del club Central Córdoba de Santiago del Estero, y vinculado a la hinchada del club Argentino de Merlo, ubicado a pocas cuadras del lugar dónde se lo halló al prófugo.
Los investigadores van en la línea de un apoyo logístico por parte del hermano, y de otros sujetos vinculados a la barra de Argentino de Merlo, club de la Primera B. Javier Guzmán podría haber oficiado de cómplice en el homicidio de comprobarse que le proveyó el arma de fuego, alojamiento posterior al hecho, y logística para profugarse de la Justicia.
SM Noticias sabe que horas después de la captura de Abel Guzmán, su hermano Javier se presentó en Tribunales para saber quién era el abogado que lo representaría. Se espera que la Justicia avance en una investigación exhaustiva para dilucidar el rol de los individuos que, conociendo la situación del asesino, le dieron apoyo fundamental para mantenerse prófugo.