En el día más complejo desde que se declaró la cuarentena por coronavirus en Argentina, SM Noticias recorrió el centro de San Miguel, como punto de referencia de una escena que se repitió en casi todas las grandes ciudades del país: Miles de personas expuestas a contagios en interminables colas para cobrar haberes y bonos, porque el gobierno no tuvo en cuenta a los bancos como actividad esencial.
El malestar y las incomodidades quedaron en un segundo plano, hoy la Argentina tiró por la borda los 15 días de confinamiento preventivo con el fin de evitar un contagio masivo del coronavirus, sobre todo en personas mayores con alto riesgo de letalidad frente al COVID-19.
Se juntaron jubilados, pensionados y beneficiarios del Ingreso Familiar de Emergencia -de 10 mil pesos- y eso quedó expuesto en el Banco Provincia de San Miguel, donde una joven reclamaba en cobro del fondo por desempleo de ANSES; o mujeres embarazadas que sentadas en el piso esperaban para cobrar por caja distintos subsidios; o “abuelos que están desde las 12 de la noche”, aguardaban el pago de sus haberes jubilatorios.
Nadie se quiso ir a pesar que durante la mañana gremios bancarios anunciaron que las entidades volverían a abrir sábado y domingo. “Me quedo, el 23 tenía que haber cobrado”, dijo una mujer.
“Hace 10 días que no tengo un peso, la gente ya no aguanta, y si nos tenemos que morir, nos vamos a morir lo mismo”, dijo resignado un hombre al micrófono de SM Noticias.
La situación se desbordó en todo el país a razón que los bancos no fueron considerados esenciales por el gobierno, según indican, por presión del sindicato bancario que encabeza Sergio Palazzo.
Asimismo, la aglomeración de gente sirvió para que vendedores ambulantes, ahogados ya por la falta de ingresos, retomen sus ventas en las calles. Hoy la necesidad le ganó a la cuarentena.
